Paseo inocente por el Retiro.
Los arboles me regalan su sombra.
Esquivo gente con ruedas y niños en bicicleta.
Cansada de caminar respirando aire tan puro que pesa, me siento en un banco y Manolillo me susurra algo al oído:
"Soledad que te pegas a mi alma
en la dulce soledad de este campo de otoño.
No hay momentos de sosiego.
Rebeldía pura de amores sin amores,
ilusiones puras y puros conformismos
intentando levantar el espíritu nostálgico
de querer estar contigo y nunca estarlo.
Volverás de vez en cuando a estas tierras agrietadas
y verás de nuevo a quien te ama, borracho,
borracho de amores y libertades
y también de vinos por olvidarte. Borracho.
Y si surgen saludos y palabras,
tal vez notes la dureza de mi estilo
queriendo no herirte en nada
y en mi soledad sólo herirme yo mismo.
Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias,
y lo verás caer una y mil veces
y levantarse de nuevo
con la pura bandera de su raza".
Manolillo Chinato
"Amor, rebeldía,libertad y sangre".